lunes, 7 de abril de 2008

Balidos detectivescos desde Glennkill

(Publicado también en Vivir Valdemoro, nº de abril)

Portada del curioso libro de Leonie SwannSeguro que en Valdemoro vive mucha gente a la que le gusta leer y también habrá quien no sea muy aficionado a los libros. En 2007 se publicó la edición en español de Las ovejas de Glennkill, un curioso volumen que probablemente gustará a los lectores asiduos debido a su original planteamiento, además de que tiene grandes posibilidades de enganchar a los aún reticentes. En Vivir Valdemoro no queremos dejar pasar la oportunidad de hacer de la lectura una de tus aficiones más satisfactorias.

Las ovejas de Glennkill está escrito por la alemana Leonie Swann y se editó por primera vez en su país de origen en otoño de 2005. El punto del que parte esta historia entre misteriosa y humorística podría ser el mismo que el de cualquier novela policíaca: una persona, en este caso el pastor George Glenn, aparece muerto con una pala atravesándole el pecho. Hasta aquí, todo normal. Sin embargo, cuando descubrimos que las encargadas de resolver este crimen son las ovejas de su rebaño, la cosa comienza a parecernos cuanto menos extraña.

Las similitudes con las novelas detectivescas se muestran desde la apertura del libro, que, al más puro estilo de Agatha Christie, ofrece un listado por orden alfabético de los principales personajes que aparecerán a lo largo de las páginas. Eso sí, todos los que aparecen son del ganado lanar, para que no quepan dudas acerca de sobre quién recae el protagonismo.

Para llevar a cabo la investigación sobre la muerte de George, Cordelia, Mopple, Zora y los demás ovinos deben hacer frente a los peligros y misterios del mundo de los humanos; un mundo que es tan incomprensible para ellas como el suyo para nosotros, lo cual generará todo tipo de situaciones cómicas. De hecho, las situaciones más hilarantes de Las ovejas de Glennkill vienen provocadas por intentos absurdos de comunicación y malentendidos humano-ovejunos (en especial, con el carnicero del pueblo, el párroco y durante un concurso para elegir a la oveja más lista). Tampoco tienen desperdicio las conversaciones entre los propios animales y sus “averiguaciones”.

Pero no faltan los pasajes inquietantes, como en toda novela criminal que se precie. Hay una serie de escenas que crean desasosiego porque sabemos que algo está sucediendo y que aparecen enigmáticos personajes de la niebla, pero al principio no sabemos muy bien por qué. Y eso viene dado, principalmente, porque la narración se cuenta desde el punto de vista de las ovejas, que ven cosas que comprenden bien.

Por ello, resulta paradójico que los lectores nos enteremos de los detalles de la muerte de George antes que su rebaño investigador. Los datos que recibimos ambos grupos son los mismos, pero las ovejas no los saben interpretar. Esta circunstancia, lejos de desanimarnos y defraudarnos, nos hace sentir cariño y simpatía hacia los lanudos animales y sus deducciones inocentes, pero lúcidas. Y es que, si uno se para a pensar y se mete en la piel de las ovejas, comprenderá que, ante sus ojos, los seres humanos nos comportamos de un modo no tan raro como el del resto de los animales.

George era el único humano que se esforzaba por tratar a su rebaño como seres racionales; por eso les leía libros todas las noches. Convirtámonos en ovejas por un tiempo y dejemos que Leonie Swann nos cuente la historia de Zora y compañía. Con Las ovejas de Glennkill, esta autora ha conseguido crear una novela en la cual, mediante una estructura de típica historia policíaca (asesinato, detectives, pruebas falsas, etcétera), refleja el complejo mundo de los seres humanos desde la perspectiva de unos animales supuestamente subordinados y sin entendimiento, que son los que aportan la nota cómica y, a pesar de todo, hacen avanzar el relato.

Datos del libro:

Título: Las ovejas de Glennkill

Autora: Leonie Swann

Editorial y año: Salamandra, 2007

Nº de páginas: 311

2 comentarios:

Mariola García González dijo...

El mundo visto por unas ovejas que llegan a ser más inteligentes que las propias personas. Muy buen libro y muy buena reseña. ¿Para cuándo la siguiente?

Javier Escolar Téllez dijo...

Pronto, pronto... Ya está redactada, sólo queda pasarla al medio digital.